lunes, 31 de octubre de 2016


CONSIDERACIONES SOBRE "EL CASO ENFIELD"

Hasta ahora en esta bitácora he escrito sobre obras de teatro que casi siempre superaban la hora de duración, salvo el "debut" como director de escena de José Luis Garci con "Arte nuevo" , donde eran dos piezas separadas que unidas constituían un programa de hora y media. Esto que narro es otro concepto.


Y es que el microteatro es una sensacional idea en estos tiempos donde la escena está pasando una crisis importante. Obras muy cortas, en locales de pequeño aforo y con la cercanía entre actores y público como principal atractivo y reclamo. Esta que nos ocupa, sirva de ejemplo, apenas duraba veinte minutos pero el precio de la entrada eran dos míseros euros. Una forma distinta de celebrar esta festividad del primero de noviembre, antes el Día de Difuntos o de Todos los Santos y ahora superado por el anglosajón Halloween.
El lugar donde ofrecían el espectáculo era la Academia "Juana La Loca" de la gaditana San Fernando que habían tenido a bien programar diferentes piezas cortas de películas conocidas por el aficionado al terror, desde "Saw", "Ouija", "Terror en el campamento" o la que nos ocupa: "El caso Enfield", segunda de las aventuras de los Warren, una de las pocas ocasiones en que he escrito dos reseñas diferentes, una en este blog y otra para Rock, The Best Music.
 Historia conocida pero que han cambiado convenientemente, dejando el espíritu de la cinta de Wan, adaptando de forma muy libre. Lo cual me parece una sensacional idea, pues aquí no hay una mujer sola con sus hijos atacadas por un espíritu maligno que solo los famosos demonólogos pueden combatir, sino una pareja que llega a la casa de su madre fallecida y donde la hermana que vivía con la "finada" se encuentra en estado de catalepsia tras un horrible episodio con un incontrolable fantasma. Un matrimonio como los Warren llegará para intentar apartar al infernal espectro de la familia, aunque uno de los jóvenes hijos sea poseído por su arisco carácter.
A pesar de las limitaciones los resposables de la Academia consiguen un trabajo más que digno y que me sorprendió por lo trabajado de la representación. Primero la escenografía estaba lograda, ya que la estancia era lo suficientemente lúgubre, con la mujer fallecida cubierta por una sabana negra, cuadros y accesorios de principios o mediados del siglo pasado y una joven sentada en silla de ruedas, al inicio de espaldas al público bien caracterizada, a lo que hay que sumar los efectos tanto el humo, la perfecta utilización de las luces y un punto que les dota de ese plus a su favor como es el uso de las nuevas tecnologías, pues cuando los "cazademonios" bajan al sótano a descubrir el misterio, lo hacen desde un video previamente grabado, cosa que me parece bien y que siempre he defendido, desde que lo vi hace años en el María Guerrero de Madrid en un "Roberto Zucco" de Koltés y que luego me confirmó el extraordinario director escénico Juan Carlos Pérez De La Fuente en un curso de introducción a la puesta en escena que realicé con la Agrupación de Directores Escénicos y donde apenas había nadie que llegase del mundo audiovisual, lo cual le alegró bastante y habló claro lo mucho que puede aportar el teatro al cine pero también el cine al teatro, por lo que me encantó como solucionar de forma barata y eficiente esta escena. De hecho, es seguro que intente seguir lo que pueda ofrecer esta Academia, ya que veo el trabajo y las ganas de hacerlo bien. Y el resultado es una escena o pieza "resultona" y divertida. A la que hay que añadir la banda sonora, casi en su totalidad "fusilada" de lo que compuso Joseph Bishara para los dos "Expediente Warren".

No puedo hablar de los actores ya que no existía ningún "programa de mano" ni tuve el detalle de preguntar, ya que se encontraban hablando con amistades y preferí no interferir la conversación pero a buen seguro que eran estudiantes de la escuela y los más mayores debían ser sus profesores. Y a pesar de no ser profesionales cumplieron su cometido sin problema, ya que al ser de temática de terror se puede disculpar algo de histrionismo en alguno de ellos, pues lo exige la interpretación.
Así que un nuevo descubrimiento en esta ciudad donde resido hace más de un año. Otro intento de elevar la cultura municipal y que desde aquí les deseo la mejor de las suertes. Como escribí unas lineas más arriba es seguro que seguiré atento a su programación futura, ya que las entradas para el resto de estas terroríficas funciones se encuentran agotadas. Buena señal.

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