martes, 10 de mayo de 2016


CONSIDERACIONES SOBRE "TRUMBO: LA LISTA NEGRA DE HOLLYWOOD"

Un biopic sobre una de las personalidades más interesantes en el Hollywood de los años 50 y con mucha probabilidad el guionista más célebre en el tremendo proceso de "La caza de brujas", uno de los momentos más tristes en la historia del cine estadounidense.


Y a favor de la cinta hay que decir que tiene una buena ambientación y un trabajo actoral notable, pues a los ya conocidos Bryan Cranston, Diane Lane, Elle Fanning, Helen Mirren o John Goodman se suman un plantel de desconocidos, al menos para mí, con un enorme parecido físico a los roles reales que interpretan, desde Kirk Douglas a Otto Preminger pasando por Louis B. Mayer, Edward G. Robinson, Sam Wood o John Wayne. Y en cuanto a la ambientación, uno puede sentirse en los cincuenta hollywoodienses a pesar de ser un film con carácter intimista y donde la mayoría de secuencias son en decorados interiores.
El problema de "Trumbo" radica en lo que pecan la mayoría de hagiografías que se ruedan en el mundo: Un maniqueísmo excesivo, con unos protagonistas morales, puros y justos y unos enemigos de una abyección fuera de toda duda que solo se mueven para castigar a los que ellos consideran villanos, geniales en lo suyo frente a las fuerzas represoras. Como es lógico en estas historias, esos argumentos simplistas resultan eficaces y el largometraje se puede ver sin que uno se aburra pero no soporta el más mínimo análisis críticos. Y ni el guion de John Mc Namara ni la dirección de un especialista en comedias como Jay Roach consiguen que la función termine de "levantar el vuelo" y por lo tanto no es de extrañar que en la última ceremonia de los Oscars solo consiguiese una nominación al Oscar, a un Bryan Cranston que al final lo perdió ante Leonardo Di Caprio.

Y es que el maniqueísmo suele convertir problemas complejos en soluciones simples y muy fáciles de entender, como sucede en los populismos que suelen emerger en los tiempos de crisis. "Trumbo" no deja lugar a dudas, los de "la lista negra" eran un grupo de guionistas geniales que mantienen sus principios contra todos y a los que además les asiste la verdad y la pureza de sus sentimientos contra un grupo de mediocres que apenas tienen talento alguno, a no ser el poder y la conspiración y que todo lo hacen por inquina y por un pensamiento único que deben imponer a la totalidad. Cuanto menos curioso, pensando que el comunismo que defienden es el que reivindica eso mismo y la historia de la Unión Soviética no deja lugar a dudas, ya que el que pensase diferente era laminado, bien siendo encarcelado y enviado a un "gulag" o ejecutado sin contemplaciones. Época convulsa, en medio de una "Guerra Fría" donde el fantasma comunista acechaba por todas partes, solo hay que ver la cantidad de agentes dobles que existían en aquellos años.
Una de las cosas que he descubierto rodando documentales es que nunca hay que dejar que los sentimientos se conviertan en el protagonista principal de tu historia y que no se puede mirar el pasado con los ojos actuales ni otras culturas con la mirada de un occidental, ya que al final siempre llegaremos a conclusiones erróneas. Intentan denigrar a John Wayne o a Sam Wood es sencillo, solo hay que basarse en su carácter, negando ser la estrella y el "actor fetiche" de John Ford o Howard Hawks o ser el realizador de algunas de las mejores películas de los Hermanos Marx. Dalton Trumbo era un magnífico guionista que cayó en desgracia en unos tiempos espantosos por una acción gubernamental excesiva y despiadada, como le sucedió a Joseph Losey o Abraham Polonski. Nunca he estado ni estaré a favor de la prohibición, de hecho he terminado un ensayo sobre los "videos nasties" en el Reino Unido, pero tampoco me parece bien culpar del todo a unos pocos sin reparar el tiempo histórico donde está enmarcada una historia. Ni todos son excesivamente buenos ni malos porque sí. Y eso "Trumbo no lo tiene claro.

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