sábado, 12 de septiembre de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "LA VISITA"

Años duros han sido estos para M. Night Shyamalan, un realizador que comenzó muy fuerte en el mundo del cine con una serie de "taquillazos" que le situaban entre los renovadores del cine de misterio pero què su estrella empezaba a declinar.
Ahora intenta reverdecer viejos laureles, tras la catástrofe de encargos tan poco edificantes como "Airbender" y sobre todo la nociva "After earth", que lastraban sus interesantes trabajos anteriores. Así que el hindú, ha decidido una empresa arriesgada como es desvincularse de los grandes estudios y volver a sus orígenes con el thriller y el terror, con una cinta modesta, de bajo presupuesto y actores desconocidos pero un territorio que conoce a la perfección.

Así que el firma el guion, además de la dirección y firma un relato bien engrasado que mezcla varios géneros destacando el terror y la comedia, con un humor negro que satisface a cualquier espectador, amante de este tipo de películas, volviendo a su amado Pensilvania, donde dirigió sus extraordinarias primeras obras, hasta "El incidente". Vuelven sus constantes de siempre, casas aisladas, el agua y los laberínticos giros de la trama que convierten la tranquila vida del campo en algo aterrador y desconocido. Una idea simple pero bien narrada. Dos chicos van a visitar a sus abuelos a un recóndito pueblo del interior de Estados Unidos, ya que no los conocen por un enfado de su madre que no volvió a verlos desde que se marchó antes de que naciesen sus hijos. La semana en la pacífica casa se convierte en pesadilla por el extraño comportamiento de los ancianos, que hacen sospechar a los adolescentes que bajo la patina de bondad esconden perversas intenciones. Argumento que pasada la presentación y los primeros sustos podría quedar en nada pero Shyamalan es inteligente y lo solventa mezclando los previsibles sustos, con un sentido del humor brillante y unos toques de drama sentimental que le han funcionado siempre en sus mejores obras. Aquí no es excepción y encima es bastante conciso en su poco más de hora y media de duración, por lo que apenas falla nada.
En cuanto a la dirección, utiliza la consabida idea del falso documental, ya que se supone que esta rodando la vida de su madre en Pensilvania la hija mayor y esto le ofrece la posibilidad de abaratar más la producción, utilizando dos cámaras y en más de un momento no fijas, recordando los mejores "found footage", que desde "El proyecto de la bruja de Blair" se han convertido en habituales en nuestras carteleras y que por norma general me suelen gustar.
Otro punto a su favor es la dirección de actores donde en el exiguo reparto destacan el chaval Ed Oxenbould y la entrañable anciana Deanna Dunagan, un cruce entre la Lillian Gish de "La noche del cazador" y la bruja del cuento de Hansel y Gretel. El equipo técnico cumple sin demasiados alardes destacando la dirección artística, fotografía y edición y sorprendiendo por la falta de banda sonora, utilizando canciones cuando conviene. Está muy vista la utilización de ópera en el climax, pero que bien queda "Una furtiva lagrima" del "Elixir de amor" de Donizetti.
Queda claro que me parece una propuesta apetecible, aunque tal vez no sea demasiado objetivo, pues desde hace años tengo en mente un proyecto rodado en "found footage", que probablemente no haré, ya que pienso que es la manera más sencilla para poder rodar algo interesante sin necesidad de productora detrás ni demasiado presupuesto y si uno lo piensa bien, en los últimos treinta años todo lo que ha generado una taquilla millonaria con pocos recursos ha sido en el cine de terror, salvo "El mariachi" y poco más. Un indicativo de por donde "van los tiros".

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