martes, 24 de febrero de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "EL FRANCOTIRADOR"

Clint Eastswood es uno de los pocos directores que con la sola presencia de su nombre en los títulos de crédito, consigue convocar una audiencia importante entre el público más convencional y el cinéfilo. Y vista la enorme taquilla en EE.UU., seguro que alguna más habrá.
Y lo digo porque esta la ha dirigido con 84 años, cifra nada desdeñable, no solo para seguir dirigiendo, sino encima una bélica, género que requiere una dificultad añadida por las propias condiciones de rodaje. Y ha realizado una película polémica, sobre todo para ciertos sectores de la bienpensante sociedad occidental y europea.

Puedo decir en alto, que quien admire por encima de todo la carga ideológica, es obvio que la de las izquierdas, no debe ver "American sniper", pues toda su estructura se basa en el patriotismo, la lealtad, el compañerismo, la tradición y ese tipo de argumentos que tanto molesta a ese grupo de la población. El guion es simplista, maniqueo, el ejército americano es bueno y los iraquíes malos. Todo lo preciso para enervar a ese tipo de gente. Incluso, se puede decir que los efectos especiales no son demasiado buenos y se nota demasiado el ordenador en las explosiones. ¿Por qué no cuidará estos aspectos, como le sucedía con el maquillaje de "J. Edgar" y de "Jersey boys"? Hasta aquí lo malo, suficiente para que muchos la denigren como propaganda imperialista y bla, bla, bla.
Pero como punto a favor, Eatswood rueda de forma colosal, con una forma de narrar que ya no se ve. El montaje paralelo que ofrece al inicio es magnífico, comenzando desde la azotea antes de su primera, y difícil, misión, para narrar la historia de Chris Kyle, hasta ese momento, de encontrarse perdido y alistarse en los SEALS como redención. A partir de ahí, nos ofrece una realización de corte clásico, bien enlazada, amena y donde buceando en su tratamiento vemos a un hombre sensacional en lo suyo, nada menos que matar y un desastre en su vida civil, con una mujer y dos hijos a los que tiene algo abandonados. las escenas de combate son intensas y emocionantes y el melodrama, sin estar a la misma altura, funciona. Para ello se apoya en un guion bien desarrollado de Jason Hall, casi un debutante y la pléyade de buenos técnicos con los que siempre cuenta Eastswood, desde la dirección de fotografía de Tom Stern, su habitual desde "Deuda de sangre" y la edición de dos monstruos como Joel Cox y Gary Roach, que realizan el habitual despliegue de su talento. Lo que sorprende y mucho es la ausencia de banda sonora, cosa muy rara en una cinta de Eastwood, ya que la única música que se escucha no tiene compositor para el largometraje o son los temas militares que se tocan en los funerales, allí tratados como asuntos de estado.
En el reparto, y por encima del resto, está Bradley Cooper, en el hasta ahora mejor papel de su carrera y en el que nadie hace sombra, siendo el único acompañamiento Sienna Miller como su esposa, ya que el resto de compañeros en el ejército se encuentran supeditados a la interpretación de Cooper, compleja y con muchos matices.
Tal vez, "El francotirador" no esté a la altura de "Cartas de Iwo Jima", que desde luego era menos maniquea, pero la ideología suele ser algo que me suele dar igual y así disfruto tanto con un alegato comunista como "El acorazado Potenkim" u "Octubre" de Sergej M. Eisenstein como de "El nacimiento de una nación" de D.W. Griffith, donde los buenos son el Ku Klux Klan. Lo único que no suelo llevar bien es la pretenciosidad y el epatar con la cámara, intentando demostrar una inteligencia brutal, que en la mayoría de los casos se suele quedar en diálogos ramplones que intentan pasar por profundos y mostrar a personajes leyendo libros, como ha sucedido en la reciente ganadora del Oscar "Birdman". Está claro que en la guerra no hay buenos ni malos absolutos y el "biopic" tiene mucha dosis de propaganda pero es la primera vez que muchos espectadores verán como se les entregan armas a niños, o a mujeres y al ser ejecutados, salen los demás clamando al cielo y pidiendo su justa venganza. Nunca he creído en los blancos y negros, pero si me tengo que situar en algún lugar, me encuentro más cómodo dentro de la cultura occidental.



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