lunes, 12 de enero de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "THE IMITATION GAME (DESCIFRANDO ENIGMA)

Biopic sobre la vida del matemático Alan Turing, célebre por haber conseguido descifrar los complejos códigos nazis y causante, por lo tanto, del desenlace de la Segunda Guerra Mundial, que sin embargo cayó en desgracia años después.
Con el sello de los hermanos Weinstein, especialistas en aparecer por estas fechas con películas con todos los números para ser multipremiadas, es la gran esperanza de este año para dicha productora.Tan seguros están que pagaron nada menos que siete millones de dólares, cantidad más alta pagada por una distribución en Estados Unidos.
Y se entiende, pues su argumento es muy interesante, al narrar la vida de un científico como Alan Turing, un genial matemático y criptoanalista, una eminencia en su campo pero que la historia le ocultó hasta los noventa cuando se desclasificó la información sobre la máquina, y que acabó suicidándose tras ser acusado de homosexualidad, acusación cierta, por otra parte, y que fue indultado por la reina a título póstumo tiene todo para convertirse en un éxito seguro. Y todo se cimenta en su excelente guion, obra del "primerizo" Graham Moore, que consigue enlazar a la perfección las tres etapas del matemático, los años de colegio, la búsqueda, en plena guerra, de la solución a la condenada "enigma" y que fue conocido como proyecto "Ultra" y la caída en desgracia a mediados de los cincuenta. Todo ello, alternando con suma facilidad las distintas épocas y consiguiendo que los saltos narrativos apenas se noten y por lo tanto se siga con interés toda la historia. Un nombre a tener en cuenta para el futuro.
Si bueno es el guion, lo mismo puede decirse de la dirección, del noruego Morten Tyldum, que realiza un trabajo muy académico, bien desarrollado, con un gran pulso y que mantiene los "canones" de los filmes británicos, pero lo más destacado es no entrar ni en escenas bélicas, ni batallas ni nada que suceda lejos del eje argumental de su principal protagonista Alan Turing, lo que consigue que la cinta no llegue a las dos horas, sin eternizarse, aburrir y dejar muchos cabos sueltos, caso que suele suceder en producciones de larga duración que intentan abarcar demasiados temas, así que otro punto a su favor.
Los técnicos son también brillantes, desde la banda sonora del multinominado al Oscar Alexandre Desplat, la fotografía de Óscar Faura, cinematógrafo de referencia de José Antonio Bayona hasta la edición de William Goldenberg, ganador del premio de la Academia por "Argo".
Pero está claro que este tipo de "pelis" no serían lo mismo sin un reparto acertado y a pesar de los secundarios, que son muy buenos, desde Charles Dance, Mark Stong y Mathew Goode, en este capítulo destaca la cada día mejor actriz Keira Knightley, otra de mis debilidades junto a Jessica Chastain y, últimamente, Amy Adams. las tres tienen en común, ser buenas actrices, muchas veces nominadas al Oscar pero nunca ganadoras, y tiene toda la pinta, ójala me equivoque, que este año va a suceder lo mismo. Aunque todo el protagonismo y el peso recae en la figura de Benedict Cumberbacht, a un paso de convertirse en superestrella y que aquí le llega un papel a su medida, para ofrecer todo un recital escénico, muy en la linea de su archiconocido Sherlock, en la serie británica de televisión del mismo nombre y que le va a proporcionar las candidaturas a todos los grandes premios. ya veremos si los gana.
Lo que si me ha hecho bastante gracia, es comprobar como por suerte el peso del cristianismo tradicional se ha superado y como vemos en la cinta, todavía en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado estaba mal visto que las mujeres trabajasen, fuesen libres y no estuviesen supeditadas a un hombre y la conducta homosexual tuviera la condición de delito. pero a día de hoy tenemos un nueva doctrina, el progresismo que se usa a modo de religión, intentando penetrar en los campos tradicionales del cristianismo, misiones, proselitismo y verdad absoluta pero que acuña la frase del ".- enemigo de mi enemigo es mi amigo-" y así, ante actos de otras religiones estancadas en el pasado, y mucho más pasado que los años cuarenta o cincuenta del siglo veinte, justifican e igualan una conducta con la otra, basándose en el sentimentalismo y nunca analizando de forma fría y objetiva. Y lo mismo igualan a cristianismo e islam tras una matanza, que al estar en contra de sus postulados te llaman racista a pesar que como dijo Houellebecq , "-no critico a las religiones, critico al islam" pero sin un ápice de rubor, someten a un vilipendio salvaje a los judíos, no al judaísmo, a la población sin llamarse xenófobo ni nada parecido. Alucinante.

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