sábado, 8 de noviembre de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "EL JUEZ"

Los dramas con juicios siempre han funcionado bien en la gran pantalla aunque en los últimos años se prodiguen bastante poco, ya que se busca que no se descargue de forma ilegal y por lo tanto las grandes producciones suelen optar por películas con espectaculares efectos especiales.
En estas historias con juicios se suelen ofrecer o grandes dramas para representar a alguien cercano o que durante la celebración del mismo acaba siéndolo o en la versión más de intriga o política cuando se duda o hay que encontrar la culpabilidad de alguna persona. El cine ha dado grandes muestras de este tipo de filmes con títulos míticos como "Testigo de cargo" de Billy Wilder, "Vencedores o vencidos" de Stanley Kramer, "Tempestad sobre Washington" de Otto Preminger o "Doce hombres sin piedad" de Sidney Lumet, por citar solo algunos ejemplos que me han llegado con rapidez a la cabeza.
Esta que nos ocupa no intenta ofrecer demasiado novedoso pero se ve con agrado. La historia es simple y directa. Un exitoso abogado defensor de criminales tiene que defender a su padre, un incorruptible juez de un pequeño pueblo de Indiana, acusado de asesinato y con el que apenas se habla desde hace años. Los problemas familiares se trasladarán al juzgado y al resto de descendientes y amigos de los personajes.
El problema de su argumento es la sensación de poco creíble, ya que los acontecimientos parecen marcados desde el inicio, como si de una tragedia griega se tratase, pero esa idea de la fuerza del destino, no parece ser la de la película por lo que la sensación de falsedad transita por todo su metraje, que, todo hay que decirlo, se antoja excesivo pues sus más de dos horas y veinte minutos son demasiado irregulares alternando buenos momentos, con otros donde el ritmo decae o navega en territorios mucho más previsibles. Si a esto sumamos un dirección muy plana de su director David Dobkin, un realizador y productor muy especializado en mediocres comedias, podremos ver en que falla "El juez" para resultar una buena cinta, aunque también tiene algunos puntos a favor que la salvan del fracaso artístico absoluto, dejándola en simplemente correcta.
El punto principal es la dirección de actores, ya que parece que todo lo han basado en las interpretaciones y en la calidad de sus protagonistas, encabezados por un histriónico pero eficaz Robert Downey Jr., ya convertido en estrella y el sobrio Robert Duvall, aunque entre los secundarios también el elenco es magistral con el siempre estupendo y ambiguo Billy Bob Thornton, la cada día más inquietante Vera Farmiga o un lujo como Vincent D´Onofrio, entre otros muchos. A esta pléyade de buenos intérpretes hay que sumar unos técnicos de lo "mejorcito" de Hollywood, con el director de fotografía de Steven Spielberg desde "La lista de Schindler", el excelso Janusz Kaminski, uno de los más grandes compositores recientes como el eterno nominado Oscar Thomas Newman o su editor de confianza Mark Livolsi.
Tras verla y viendo de donde vienen los errores, no dejo de preguntar que hubiese sucedido si "El juez" la hubiese dirigido uno de los "pesos pesados" de la industria, pues se nota que es una cinta con claras pretensiones que se desinfla como un globo según avanzan los minutos, pues las historias de juicios en Estados Unidos, funcionan muy bien por el hecho de tener jurado, algo muy cinematográfico pero que en la realidad siempre me he preguntado si de verdad funciona, pues nunca he creído demasiado en las democracias populares y pienso más en el valor de los técnicos e igual que para construir un edificio confío más en arquitectos e ingenieros, en un juicio prefiero quedarme con juristas y especialistas en derecho, aunque no siempre sean objetivos y como buena parte de la sociedad, utilicen argumentos ideológicos, sentimentales y otra rémoras que alejan de la objetividad y el frío análisis de los hechos que son los que acercan a la verdad o al acercamiento a la realidad.

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