martes, 21 de octubre de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "NINJA TURTLES"

Los nacidos a mediados de los setenta, como es mi caso, imagino que recordamos la serie de televisión de Las Tortugas Ninja con cierto cariño por su candidez e inocencia. Esta película no es ni más ni menos que una transcripción a los tiempos actuales.
No he leído una sola página del cómic en el que se basa y de las anteriores versiones solo vi la realizada en 1990 con las marionetas creadas por Jim Henson. Eso sí, la vi una tarde de hace más de veinte años en el cine Rosales de Madrid, por lo que no se puede decir que sea un gran seguidor. Es más, la serie de televisión siempre me pareció demasiado ingenua e infantil por lo que poco esperaba de esta nueva adaptación.

Y la verdad sea dicha, no entraba en mis planes el visionado de "Ninja turtles" pero al llegar al cine descubrí con desagrado, que la película que iba a ver, había sufrido un adelanto en su horario y al quedar más tarde en otro lugar no llegaba a la siguiente sesión, por lo que ya que estaba ahí, pregunté cual era el próximo pase y me dijeron que esta era la única opción para ver cine en pantalla grande esa tarde.
La cinta no es tan calamitosa como esperaba, un producto fácil de ver y fácil de olvidar, creo que dentro de un par de meses apenas recordaré nada, pero que se lleva bien y no resulta demasiado pesado ni aburrido. Es muy de agradecer que dura una hora y cuarenta minutos. Guión previsible, donde los malos son muy malos y los buenos muy buenos, donde las victorias de los villanos son contrarrestadas por los héroes hasta el triunfo final donde, de paso, salvarán a la ciudad. Pues aunque el guión sea una mera anécdota y de una ingenuidad candorosa, intentan dotarla de muchos chistes y alivios cómicos y alguno consigue ser chispeante y gracioso.
Las interpretaciones no pasarán tampoco a la historia del cine, con un destacado William Fichtner que es un buen malvado, Will Arnett en plan "pagafantas" y una imposible April O´Neill por Megan Fox, demasiado guapa e inexpresiva para ser creíble. También aparece por ahí una histriónica Whoopi Goldberg como directora del periódico en otro papel increíble para el espectador.
Pero todo esto son meras excusas para el despliegue de efectos especiales por ordenador que es donde intentan basar el éxito de la producción. Unas tortugas artificiosas, muy fuertes musculadas, perdiendo su célebre "barriguita" y que pretenden resultar entrañables. Imagino que con el público más pequeño lo conseguirán, ya que la película es bastante infantil, pero como comentaba antes, es que los personajes y las situaciones son adolescentes desde su idea central.
Dirección plana de Jonathan Liebesman, con exceso de cámara lenta, muchísimos planos y secuencias de acción resueltas con peleas, persecuciones y explosiones. Se nota la mano de su productor Michael Bay, un auténtico especialista en este tipo de cine autocombustible.
Fotografía, edición, banda sonora "machacona" y puesta en escena postrada ante la "ensalada" de efectos visuales y croma.
Definitivamente no soy el público a quien va destinado la cinta y por lo tanto poco más tengo que decir, salvo pensar que muchas veces es mejor esperar a otro día para ver lo que uno desea que necesitar hacer las cosas en el momento. Vale para el cine como para la vida, pues mejor hacer las cosas con paciencia y bien que ya, de forma atropellada y sin demasiadas ganas. Al final puedes acabar viendo una historia que no te interesa como frustrando tu vida.

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