jueves, 9 de octubre de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "LA ENTREGA"

El "trailer" parecía interesante, una de esas historias mafiosas en Nueva York, esta, en concreto, en un barrio tan atrayente como Brooklyn, pero una vez vista falta algo, se echa de menos un poco más de emoción, es un querer y no poder. Una lástima.
Y eso que en principio su trama es interesante. Una serie de bares se convierten por una noche en cajas de blanqueo de la mafia chechena y en uno de esos locales sabemos que se va a planear un golpe. El problema es que está muy mal contado y no tenemos ni idea, porque no lo explican, de cuales son las motivaciones para ese sistema de blanqueo de dinero, ni cuantos pubs están inmersos en las operaciones y poco o nada sabemos de los perversos mafiosos.

Así que lastrado por la falta de explicaciones lógicas podría ser un buen vehículo de entretenimiento, con acciones interesantes y mucha emoción. Pero no es así, y la falta de tensión es la nota predominante y la hora y tres cuartos de duración acaban por hacerse eternas y muy aburridas y tan solo momentos puntuales salvan el desastre absoluto. Es lo importante de un buen guión. Y aquí no lo hay, pues no solo la premisa principal no está bien explicada sino que los diálogos son demasiado literarios, se nota estar escrita por un escritor y no un guionista. De su autor, el novelista Dennis Lehane se han realizado muy buenas adaptaciones al cine como "Mystic river" o "Shutter Island", pero en su casi debut en pantalla grande le sucede lo mismo que a Cormac Mc Carthy en "El consejero", parecen buenas lineas de diálogo para un libro pero no para cine, aunque la de Ridley Scott me parece un film bastante mejor.
Y esto último es importante, pues con una gran dirección se podría haber reconducido un poco la trama, pero el belga Michaël R. Roskan, naufraga inmisericordemente en su realización, ya que no arriesga en ni un solo plano, limitándose a una mera sucesión de planos y contraplanos, que lo emparentan con una mala serie de televisión, por lo que el tedio se apodera del sufrido espectador en cuanto decae un mínimo la acción, que, por desgracia, es bastante a menudo. Encima la dirección de actores es nefasta, con un Tom Hardy que no mueve un músculo facial en toda la película. Y lo peor es que se nota que es deliberado, pues ya hablamos de lo correcto de su actuación en "Sin ley", lo cual no puedo entenderlo. Intenta un hombre contenido que puede estallar en un gran ataque de ira, como el personaje de Viggo Mortensen en la genial "Una historia de violencia" de David Cronenberg, pero más parece un simple y bobalicón camarero que se convierte en un temible asesino sin escrúpulos. Y de nuevo, sin explicar demasiado. También aparece una sosísima Noomi Rapace y el difunto James Galdonfini, que al ser su último trabajo, me parece que ha sido el principal motivo para que "La entrega" haya visto "la luz" entre los estrenos en las salas españolas.
Fotografía muy televisiva, donde predomina el gris del cinematógrafo de cabecera de Roskan, Nicolas Karakatsanis y edición y banda sonora correcta de Christopher Tellefsen y Marco Beltrami, elevan un poco el tono plúmbeo de esta cinta olvidable.
Y es que en este complicado mundo del cine parece cada día más claro, que no hay historias buenas o malas sino bien o mal contadas, pues el argumento de esta es de los que "a priori" se puede construir algo grande pero que por la falta de pericia de su guionista y su director se convierte en un fallido intento de trascender. No es que sea un desastre absoluto, pues su parte técnica es correcta y algún momento es merecedor de interés pero es una lástima que este sea el testamento de James Gandolfini, aunque siendo políticamente incorrecto, jamás consiguió en 35 mms. un papel de la envergadura y relevancia comno el de Tony Soprano.

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