jueves, 18 de septiembre de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "EL HOMBRE MÁS BUSCADO"

Un título "a priori" interesante y que encima se acrecienta por el morbo añadido de ser el último papel protagonista de Philip Seymour Hoffman. Buen reparto y buena trama en un producto que me ha satisfecho bastante.
Y no es fácil, pues llevar a la pantalla alguna de las novelas de John Le Carre no es tarea sencilla, pues suelen ser historias alambicadas, con multitud de sub-tramas y cantidad ingente de personajes. Me sucedió últimamente con la ponderada "El topo", que me resultó demasiado difícil de adaptar.

He leído unas cuantas novelas de Le Carré, bastantes de ellas llevadas al cine; la mencionada "El topo", "La gente de Smiley", "El espía que surgió del frío", "La casa Rusia" o las más recientes "El jardinero fiel" y "Canción de los misioneros" pero no este "El hombre más buscado, por lo que los prejuicios de haber ojeado  (u hojeado) el libro antes de ver la película quedan disipados.
Y la verdad, me parece un fenomenal trabajo el que ha realizado Anton Corbijn, un célebre director de videoclips (Depeche Mode, sobre todo, U2, Nirvana, Joy Division, Danzig...) que en sus tres trabajos hasta ahora, veo una constante cuanto menos sorprendente; la falta de acción en cuanto sentido de espectáculo, el montaje pausado, manteniendo el plano y la importancia de los diálogos y los actores. es decir, casi lo contrario a lo que suele ser normal en los vídeos musicales. Así sucedía en la interesante "Control", en la fallida "El americano" y en la que nos ocupa, hasta ahora la mejor película de su filmografía, siempre en mi modesta opinión.
Muy bien rodada, con un buen manejo de la cámara y sabiendo ralentizar los tiempos, imagino que a una parte de los espectadores le parecerá lenta y aburrida pero a mi me ha recordado a esas intrigas políticas de antaño que es tan complicado ver en la actualidad. No hay explosiones, persecuciones ni siquiera disparos pero el buen guión de Andrew Bovell consigue la misión de enlazar la complejidad de tramas y la multitud de caracteres distintos. No es de extrañar que el montaje sea dado a Claire Simpson, especialista en este tipo de filmes, no en vano, firma algunos de los mejores trabajos de Oliver Stone, ganó el Oscar por "Platoon", "El jardinero fiel" de Fernando Meirelles o "La sombra del testigo" de Ridley Scott. No menos importante es la extraordinaria fotografía de Benoit Delhomme, del que hablamos aquí por su labor en "Sin ley", y que ha sabido trasmitir la atmósfera portuaria y lúgubre de la ciudad de Hamburgo y por último la competente banda sonora de Herbert Grönemeyer, musico de cabecera de Corbijn.
Pero estos buenos mimbres carecerían de sentido sin la parte artística, donde todos los secundarios están bastante bien, desde una inquietante Robin Wright, el competente Willem Dafoe, Homayoun Ershadi, Mehdi Dehbi, una estupenda Nina Hoss y tal vez el único lunar sea la falta de química entre Grigoriy Dobrygin y Rachel Mc Adams, aunque cumplen, pero el peso lo lleva Philip Seymour Hoffman, un secundario de lujo hasta que ganó el Oscar por "Capote" y a partir de ahí fue encumbrado hasta su reciente muerte. Porque no nos vamos a engañar, casi todos sus premios y nominaciones son a partir del film de Bennett Miller, aunque hay que reconocer lo sobresaliente de su trabajo, un Günther Bachmann sensacional.
Seguiré viendo filmadas las novelas de John Le Carré. Eso no lo dudo. Adoro esas tramas de intriga política, contraespionaje y ambigüos servicios secretos, pero siempre las preferiré en papel. Y es que todavía recuerdo en una ocasión releyendo "La gente de Smiley" en una playa en abril, como merced a una racha de viento y a la gastada tapa blanda de la novela, vi como las hojas salían despedidas hacia el mar sin que yo pudiese hacer nada por evitarlo. Me pareció de novela de Le Carré, solo faltaba que me hubiesen disparado antes. ¡Ay, el placer de leer en una playa desierta!

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