martes, 6 de mayo de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "TREN DE NOCHE A LISBOA"

Basada en una novela que no he leído, solo su título ya poseía el suficiente atractivo para conducirme a la sala y pasar por taquilla. Lo que había visto del argumento también me fascinaba y a esto se sumaba uno de mis actores favoritos, junto con una de mis ciudades preferidas y una compañía inmejorable.
La historia es la de un profesor de humanidades en Berna, que deja todo al encontrar un libro y dos billetes en el tren nocturno a Lisboa, que tenía una joven portuguesa a la que salva del suicidio. En su viaje a la capital de Portugal, descubrirá una apasionante intriga entre una cédula contraria al régimen de Salazar.
La dirige Bille August, al que había perdido la pista, pero que descubrí hace ya bastante años con la célebre "Pelle, el conquistador"y  la brillante adaptación de "Las mejores intenciones" de Ingmar Bergman, luego dirigió "La casa de los espíritus" ,"Smila: misterio en la nieve" y una floja versión de "Los miserables". Salvo por las que le descubrí, el resto de su filmografía siempre me había parecido un querer y no poder. Interesantes temas, muy bien realizados desde el punto de vista formal pero sin sentimiento. Obras hechas para ganar premios, prestigio pero con la sensación de falsedad dentro de su precioso envoltorio. Más o menos, lo mismo que me sucede con el también escandinavo Lasse Hallstrom, aunque este sea sueco y August danés.  Aquí sucede tres cuartos de lo mismo; la trama es apasionante, guión de Greg Latter y Ulrich Herrmann, con unos diálogos algo académicos y excesivamente literarios pero consiguen salvarlo con un buen dominio del ritmo y un montaje paralelo, a cargo de Hansjörg Weissbrich, bien plasmado. Fotografía muy bonita, casi de postal de Filip Zumbrun que refleja la belleza de una ciudad que he visitado varias veces y que ya fue mencionada con anterioridad.
El tema estrella, sin duda, es el elenco de actores, encabezados por el sobresaliente Jeremy Irons, que si bien es verdad que su mejor época pasó, sigue siendo todo un caudal de recursos interpretativos cuando tiene un papel interesante, como es el caso. Él sostiene todo el peso de la narración y el buen plantel de secundarios giran alrededor de su prestancia y dotes para actuar. Y por ahí aparecen gente tan valida como una debilidad que es Martina Gedeck, Bruno Ganz, Lena Olin, el gran Christopher Lee y los prometedores jóvenes Melanie Laurent, Jack huston o August Diehl.
Otra cosa que me ha sorprendido es que en una narración donde Salazar y sus esbirros son, obviamente, los malos, intuímos pero nunca se dice, la afiliación política de los protagonistas. Me ha sorprendido pero imagino, que hablar del partido comunista, lastraría mucho su esperanza de una enorme recaudación, aunque me temo que no va a ser precisamente un taquillazo.
Y lo siento, pues vuelvo a dejar constancia de mi amor a Lisboa, una ciudad que me fascina, de la que es originario mi poeta favorito; Fernando Pessoa y de la que hace poco visité para un inolvidable concierto de Scorpions, donde acabaron sucediendo cosas que me harán acordarme siempre de ese viaje. Quizás no lo deje todo como el Raymond Gregorius de "Tren de noche a Lisboa" pero ocurrieron cosas muy intensas. Y las que quedan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario