jueves, 29 de mayo de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "GODZILLA"

El "blockbuster" del momento. "Remake" americano de uno de los grandes monstruos que ha dado el cine, el japonés Godzilla, esa mezcla entre dinosaurio y lagarto gigante que intenta mejorar el esperpento que creó Roland Emmerich en 1998. Y a fe que lo consigue.
Cosa que, por otro lado, no era demasiado complicada, pues su antecesor americano era un completo dislate. Pero, tampoco nos vamos a engañar, esta nueva versión, tampoco es el Godzilla definitivo, muy entretenido es su fase inicial y final pero "cargante" en exceso en todo su parte intermedia. Lo que vendría a ser en el esquema clásico de los tres actos, una presentación sensacional, con un desenlace fantástico y un nudo muy largo, bastante tedioso en más de un momento y con unos personajes que parecen de cartón piedra.
Porque el guión es el gran problema de "Godzilla". Puedo perdonar los múltiples errores en reacciones y situaciones, como que una criatura de cien metros se escape sin que nadie se de cuenta o que crezca en un tiempo record o que en el ejército americano digas tu rango y rápidamente entres a formar parte de la misión, ascendiendo en el escalafón. Son licencias que me importan poco en un producto como eso. Lo que es menos salvable es que los personajes sean meros arquetipos, con un Ken Watanabe con "cara de sonado" todo el metraje, explicando lo que va a pasar y como va actuar los "bichos" y unos Aaron Taylor Johnson, al que vimos en "Anna Karenina" y una de las gemelas Olsen, pegando gritos y sin demasiados recursos dramáticos. Para contrarestar los siempres eficientes Bryan Cranston, el Walter White de "Breaking Bad" y Juliette Binoche. Aunque todo queda supeditado a los efectos especiales y aquí si han intentado trabajar hacia el entretenimiento más absoluto, pues la lucha final entre Godzilla y los dos Mutos es magistral, destrozando ciudades y edificios y arrasando todo a su paso y dejando "en pañales" la misma destrucción, de por ejemplo, "El hombre de acero".
Y es que esta es una de las virtudes, pues vuelven a la idea de Godzilla como anti-héroe, salvando a la humanidad de devastadores criaturas, aquí dos insectos radiactivos colosales contra los que no se puede hacer frente, ya que agotan cualquier tipo de energía eléctrica. En ello si se parece a las antiguas cintas de la Toho, en las que "nuestro querido lagarto" se enfrentaba a las más extrañas creaciones de la naturaleza, tema que luego retomó Mazinger Z o ese reciente homenaje de Gullermo Del Toro llamado "Pacific Rim".
Destacable fotografía, aunque algo oscura, como hizo en "Los vengadores", de Seamus Mc Garvey y una gran banda sonora de Alexandre Desplat, consiguen un producto muy entretenido y con el que salir con un buen sabor de boca, a pesar de sus infantiles fallos y una narración algo atropellada del casi debutante Gareth Edwards.
Pero como he escrito varias veces en esta bitácora, soy un amante de la ciencia ficción y aunque Godzilla no se encuentre entre mis favoritos, siempre voy a tener un gran respeto al inmenso dinosaurio justiciero. Podría haber sido una historia definitiva pero se queda en simpática. ¡Qué ya es bastante!. Un guión más trabajado, una mejor dirección de actores y algunos alivios cómicos seguro la hubiesen mejorado mucho, porque a quien no le gusta ver como destruyen Honolulú, Las Vegas o San Francisco.

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