jueves, 24 de abril de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "LA PARTÍCULA DE DIOS"

Con varios años de retraso, la producción es de 2011, nos llega esta simpática adaptación del cine negro de los cuarenta y cincuenta en tiempos actuales. El título original es "The Big bang" pero en España se ha llamado "La partícula de Dios", por aquello del Bosón de Higgs. Cine negro mezclado con física y filosofía de "andar por casa".
Y no es que esté del todo mal, pues es entretenida a ratos y en su hora y media de duración suceden algunas cosas interesantes y algunos de sus diálogos son "chispeantes" y muy divertidos, con esas frases de "tipos duros" tan del "cinema noir" y que tan bien sonaban en la boca de un Humphrey Bogart, por ejemplo.
La dirección pretende ser arriesgada, con muchos planos en ligero picado, colores muy saturados y ambientación de clásico del policiaco en el medio oeste americano de los años cuarenta y cincuenta, aunque la acción transcurra en la actualidad.
El problema reside, en la sensación de falsedad de todo su metraje, en epatar a toda costa, en resultar una parodia del genero sin serlo y en que nada es natural. Todo impostado. Por ejemplo, su guionista Erik Jendresen, autor de "Hermanos de sangre", mantiene un tono en toda la línea de diálogo, de respuestas de "macho alfa", de "tipo duro", ocurrentes réplicas cargadas de mordacidad e ironía en los labios del protagonista ante el resto de personajes que exhiben su fuerza, bestialidad y malos modales. Las féminas son objetos de deseo, que deben ser defendidas y copuladas convenientemente, con extrañas conversaciones de por medio. Nada nuevo, y eso es otro de los errores capitales, pues el inicio con un ruso gigante pidiendo ayuda al detective Ned Cruz, para encontrar a su imposible novia, me recuerda demasiado a esa gran obra maestra de la literatura que es "Adiós, muñeca", donde Philip Marlowe, tenía que parar al enorme "Iniciativas" Malley que buscaba a su "pequeña" Velma. No es la única coincidencia, pero para mi es la más evidente. El resto, es mezclar física cuántica con la historia para dotarla de una supuesta profundidad; acelerador de partículas, Bosón de Higgs o Navaja de Ockan se disuelven con la trama, contada en primera persona, con narrador y con saltos temporales, dentro de la propia historia. Demasiado alambicado.
Tanto como la dirección, del semidesconocido Tony Krantz, que intenta unir tantos formatos, que al final se pierdeen pinceladas de otros directores, desde David Lynch a los Hermanos Coen, pasando por series de televisión como "Mike Hammer" o "Los Soprano", teniendo el referente de los grandes clásicos tipo "El sueño eterno" o los de Robert Mitchum, tipo "Retorno al pasado" o "Cara de ángel".
Los actores, muy sobreactuados casi todos, desde Antonio Banderas de protagonista absoluto, hasta los policías Thomas Kretschmann, Delroy Lindo y William Fichtner, un imposible Sam Elliot y las damas de la función Sienna Guilory y Autumm Reeser. La dirección de actores, desde luego, no es lo mejor del film y todo está basado en las ingeniosas frases.
Así que, entretenido producto, muy fácil de ver y muy fácil de olvidar, aunque, pienso, que mi impresión es algo más negativa de lo que debería ser, por el espantoso doblaje que han hecho con la cinta. es cierto, que en igualdad de oportunidades, prefiero ver el cine en su versión original con subtítulos, ya que mi dominio del inglés es demasiado miserable, pero al vivir en una mediana ciudad de provincias, apenas puedo elegir una sala de este tipo y "puedo darme con un canto en los dientes" de tener unos multicines con una enorme calidad en las salas, en la proyección y en el sonido. Pero a lo que iba. A pesar de mi querencia a la versión original con subtítulos, en los últimos años, casi todas las pelis en sala, las veo dobladas, por lo que hablo con conocimiento de causa, cuando afirmo que este es uno de los peores doblajes que he visto en mucho tiempo. Tal vez, no llega a los límites de aquel de "El resplandor" de Kubrick pero no es para nada acertado. Y me duele decirlo, ya que la industria del doblaje es muy potente en España, pero me encantaría que se perdiese esa forma de visualizar filmes o series de televisión y pudiésemos disfrutarlas tal y como fueron concebidas. además mejoraríamos nuestro nivel de idiomas. Empezando por mi.

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