sábado, 22 de marzo de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "DALLAS BUYERS CLUB"

Una de las triunfadoras en la última ceremonia de los Oscars de Hollywood. Venció en tres categorías; actor principal, secundario y maquillaje. Una de las pocas ganadoras que me quedaban en el "tintero". Había que remediarlo.
Y me parece evidente, lo de tener que remediarlo, pues en una sesión de viernes a las seis de la tarde, estaba yo solo en el cine viendo este drama, centrado en la primera gran oleada de esa pandemia que es el virus del VIH y el SIDA. Así que no creo, que dure mucho más en la cartelera gaditana.

La historia es simple. Cowboy cocainómano, semi-alcohólico y mujeriego, contrae el virus del SIDA en una de sus "correrías" y al ser diagnosticada la enfermedad, su mundo se derrumbará al ser tomado por homosexual entre sus rudos amigos y comenzará una serie de tratamientos muy agresivos que tendrá que sustituir por otros prohíbidos en EE.UU., que le enfrentarán al gobierno, fundando el Club de Compradores de Dallas, al que alude el título.
La dirige Jean Marc Vallée, uno de esos realizadores independientes, con cierta fama en festivales, a raíz del éxito de "C.R.A.Z.Y." y no es que lo haga mal, pero su puesta en escena me parece, en exceso, televisiva, sin arriesgar ningún solo plano y llevando todo el peso de la acción con primeros y planos americanos. El supuesto "toque de calidad", parece encontrarse en la edición, firmada por el propio Vallée, con seudónimo y Martin Pensa, a base de utilizar continuos y abruptos fundidos a negro, a modo de capítulos separados como en una novela. No me convence en absoluto aquí, aunque en una técnica que en otros casos, si me ha gustado, como en el último díptico de Lars Von Trier.
Esta claro que salvo el extraordinario maquillaje de Melanie De Forrest, muy merecido su galardón en los Oscars 2014, que si sobresale, el resto de los aspectos técnicos no dicen apenas nada. Cumplidores, sin demasiados alardes y sin riesgos. Muy televisivo todo. Ni la fotografía de Yves Belanger, ni la banda sonora o la dirección artística de Javiera Varas aportan ninguna innovación, riesgo y se limitan a no interferir en lo único que parece importar, la dirección de actores. Y esto último, es lo que separa a este filme, de cualquier producción filmada para la pequeña pantalla.
Y es que todo está supeditado a sus interpretes, encabezados por Mathew Mc Conaughey, con un papel ideado para ganar premios. De forma personal, prefiero el Jordan Belfort de Leonardo Di Caprio en "El lobo de Wall Street" o el Theodore de Joaquin Phoenix en "Her", pero hay que reconocer que está soberbio. También ha impactado el travesti de Jared Leto, pero, la verdad, no he visto demasiados registros en su actuación, salvo una apabullante caracterización y decadencia por medio del maquillaje, unas lágrimas impostadas, falsas y una interpretación hierática e inexpresiva. me temo, que ha pesado más, ser una estrella musical con su 30 seconds to mars y su innegable atractivo físico. Algo de esto hay.
Aunque para rigidez facial y gelidez, la "palma" se la lleva Jennifer Garner, muy "mona" pero sin poder transmitir un mínimo. eso si, muy divertido personaje de Griffin Dunne como médico mexicano. Creo que esta irregularidad, se debe al guión de Craig Borten y Melissa Wallack, que si bien no es malo, ya que intenta no caer en el exceso de edulcorante y entonces hubiese resultado demasiado "sensiblera", adolece de secundarios con peso, salvo el travesti de Jared Leto, por lo que la trama se resiente. incluso los malos de la función, el poderoso gobierno, las farmaceuticas y uno de los médicos no están bien desarrollados, por lo que la denuncia tampoco queda clara.
¡Vamos!, este "Dallas Buyers Club", se convierte en un producto digno, muy basado en su protagonista, agradable de ver y fácil de olvidar. Como la gran mayoría de películas filmadas para televisión.

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