martes, 4 de febrero de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "JACK RYAN. OPERACIÓN SOMBRA"

Quinta versión de las andanzas del célebre analista de La CIA creado por Tom Clancy, tras "La caza del Octubre Rojo", "Juego de patriotas", "Peligro inminente" y "Pánico nuclear". Después de Alec Baldwin, Harrison Ford y Ben Affleck, del que prefiero no hablar, toma el protagonismo Chris Pine, protagonista de las últimas aventuras de "Star Trek". Pero ese no fue el motivo que me llevó al cine.
A pesar de lo mucho que me gustan las películas de espionaje, el principal reclamo fue su director; Kenneth Branagh, alguien a quien admiro desde hace bastantes años. Y la verdad, es que este "Jack Ryan: Operación Sombra" es una más que digna historia, con todas sus limitaciones, que no son pocas.

Pienso que nadie podrá decir nada malo de su puesta en escena, pues todo el metraje tiene un ritmo formidable y su hora y tres cuartos pasan sin que uno se de cuenta, lo cual es de agradecer. Branagh maneja las diferentes secuencias con gran perfección y un sabio conocimiento del medio cinematográfico, alternando secuencias vertiginosas y de mucho movimiento, con planos más pausados y sin corte. Elementos, que por otro lado, no utiliza casi nadie, mucho más seguros con planos de ínfima duración y edición muy acelerada, en forma de videoclip. Así que, gente como Kenneth Branagh es necesaria para los que entendemos el cine, algo más que como un mero pasatiempo, aún en un filme comercial.
Para lograr sus intereses se ha rodeado de un buen grupo de técnicos, encabezados por el buen montador Martin Walsh, ganador del Oscar por Chicago, su último director de fotografía de confianza, Hans Zambarloukos y alguien muy especial, pues empezó con él y que con el tiempo se ha convertido en uno de los mejores compositores de bandas sonoras contemporáneos. Hablo de Patrick Doyle, que desde "Enrique V" lleva creando músicas inolvidables, aunque este no sea de sus mejores creaciones.
Los actores funcionan, desde el antes mencionado Chris Pine, un Jack Ryan vulnerable, pero que también funciona como héroe de acción, Keira Knightley, de la que ya he comentado con anterioridad, mi debilidad por ella, un Kevin Costner muy correcto, como sucedía en la fallida "El hombre de acero" y el propio Branagh, que se reserva el papel de villano, demostrando el por qué de ser designado como el director de la Royal Shakespeare Company  más joven, en su momento.
Eso si, el guión sin ser un desastre, ya que contiene la suficiente acción y no está mal resuelto, es lo más flojo, pues a los errores en las reacciones de algunos personajes, hay que sumar que al finalizar la Guerra Fría, no es demasiado interesante la labor de Jack Ryan en los tiempos actuales, aunque intenta llevarlo por el terreno de las altas finanzas. Esa maldita moda de comenzar las series en la actualidad, que en muchos casos es difícil de sostener, con muy honrosas excepciones como, la antes mencionada, "Star Trek", "El origen del planeta de los simios" o "Casino Royale" y "Skyfall".
Mundo interesante este de la nostalgia, que muestra tan bien "La gran belleza" y donde he reconocido, en más de una ocasión, que me encuentro bastante a gusto. Y así tengo que recordar, la primera vez que vi el "Enrique V" de Branagh, en los cines Renoir de Madrid. Fue una de mis primeras películas en versión original subtitulada en pantalla grande y me marcó. Con los años, he llegado a la conclusión de que Kenneth Branagh es el mejor director que ha plasmado a Shakespeare en una realización fílmica, muy por encima del mismísimo Laurence Olivier y que en trece films, ha conseguido emocionarme en unos pocos. Y eso por no hablar de su trabajo como actor, donde aparte de sus genialidades recreaciones shakesperianas, ha representado al mismísimo Kurt Wallander. Pienso, que seguiré envejeciendo con Kenneth Branagh. Es una buena idea.

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