sábado, 28 de diciembre de 2013


CONSIDERACIONES SOBRE "12 AÑOS DE ESCLAVITUD"

Con las navidades llegan a nuestras pantallas las más que posibles candidatas a los Oscars 2014. Esta es una de ellas, ya que ha acumulado un buen montón de nominaciones a los Globos de Oro, que no son otra "cosa" que la antesala de los premios de la Academia.
Y es bastante sorprendente, pues a pesar de su dura historia sobre un culto violinista negro del norte de Estados Unidos que es secuestrado y vendido como esclavo en las plantaciones del sur, es de las que suelen gustar en Hollywood, también posee un enorme lastre que es la dirección de Steve Mc Queen, un realizador que aquí filma su tercer largometraje, tras las interesantes "Hunger" y "Shame".

Su forma de interpretar el cine me gusta, con "tiros de cámara" desde cualquier perspectiva y movimientos bastante largos sin cortar o planos fijos de larga duración para mostrar la desolación o los pensamientos del personaje. Como comentaba unas líneas arriba, me parece un autor con una idea de puesta en escena muy clara y que me interesa. El problema radica en que a un buen número de espectadores les puede parecer frío, monótono y aburrido. He escuchado auténticas diatribas en contra de "Hunger" y "Shame".
Aquí vuelve a ofrecer un gran catálogo en el manejo de contar una historia, escrita por John Ridley y en el que se nota la pieza literaria en la que se basa, pues toda la cinta se divide en capítulos, como si de una novela se tratase. Y para dejarlo todavía más claro, incluso los separa mediante el "fundido a negro".
Es bien cierto que otros de los puntos en los que se apoya Mc Queen es además del guión, es el montaje de Joe Walker y la fotografía de Sean Bobbit, con los que ha trabajado desde sus comienzos y la buena banda sonora de Hans Zimmer, que recuerda mucho, tal vez en exceso, a su enorme obra maestra "La delgada linea roja".
Pero si es valorable los aspectos técnicos del filme, donde destaca es en el ritmo, la forma de dirigir y ante todo la interpretación, pues éste es uno de los "puntos fuertes" de "12 años de esclavitud". Actores muy competentes como Brad Pitt, Paul Giamatti, Alfre Woodard y los magistrales Sarah Paulson y Benedict Cumberbatch, cada vez más de moda en esta bitácora, ofrecen un lucimiento que queda ensombrecido por sus protagonistas: Chiwetel Ejiofor, que firma la mejor interpretación de su carrera y el "actor fetiche" de Steve Mc Queen, Michael Fassbender, dando otro curso de como crear un personaje y demostrando el por qué de mi enorme admiración por él. Sus caracterizaciones tienen una casi segura nominación.
Al ver "12 años de esclavitud" también he tenido algunas reflexiones sobre los avances de la historia en algunos aspectos sociales. La esclavitud era una gran "lacra" pero asumida hasta hace bien poco, donde un ser humano se convertía en propiedad de otro y éste enarbolaba esa bandera de posesión en cualquier aspecto. Era suyo y podía disponer de esa persona en su totalidad. Incluso podía matar sin ningún reparo moral pues se eliminaba lo humano de esa persona. Sistema que también se utilizó en el "apartheid" sudafricano o la Alemania nazi. Ese deseo de propiedad me ha recordado una frase que estoy escuchando con asiduidad últimamente, que no es otra: "Mi coño es mío", respecto al cambio de la ley del aborto. Un tema muy peliagudo y donde me sorprende ver como algunos intentan venderlo como un método anticonceptivo, sin riesgo psíquico para la mujer y como un derecho como el de la libertad de movimiento o el del matrimonio. Pienso que debe ser el último recurso ante una situación desagradable y con el tiempo estoy seguro que se nos juzgará como unos bárbaros, igual que nosotros juzgamos como anormales a los que practicaban la esclavitud, tratando a los que no eran de su raza, como bestias de las que disponer "a capricho".



2 comentarios:

  1. Por cierto, últimamente he leído 'La llamada de lo salvaje' de Jack London y me recuerda mucho a esta historia sólo que cambiando al personaje principal por un perro San Bernardo.

    Arbalejo

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  2. Está basada en el libro que escribió su protagonista, pero vaya usted a saber

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