viernes, 30 de agosto de 2013


CONSIDERACIONES SOBRE "ELYSIUM"

Otra "peli" de ciencia ficción sobre mundos dicotómicos, con unos pobres muy buenos en un superpoblado estamento inferior y unos ricos y malos en una estación orbital superior. Hasta aquí nada nuevo y nada a destacar, salvo que la dirige Neill Blomkamp y gracias a su magnífico talento como realizador consigue que su denuncia social funcione gran parte del metraje y asegure una buena diversión. Lo cual ya es bastante.
Y es que Neill Blomkamp nos había dejado muy impactados a muchos espectadores, entre los cuales me incluyo, con su "opera prima" "Distrito 9", donde mezclando falso documental, trasladaba un futuro post apocalíptico con una clarísima analogía con el apartheid sudafricano.

De nuevo vuelve con otra historia que mezcla la ciencia ficción más clásica con la denuncia social. Un futuro sucio y muy siniestro donde los pobres, que viven en una Tierra sucia, contaminada e hiperpoblada, apenas tienen donde caerse muertos (literal) y un pequeño reducto de ricos que no enferman, mantienen sus privilegios y su ritmo de vida y viven en una estación orbital llamada Elysium. Este argumento le da a Blomkamp para poder hablar de la inmigración ilegal y del acceso a la sanidad pública y todo ese mensaje que intenta explicarnos funciona de forma magistral. Elysium posee una primera parte muy impactante, que funciona a las "mil maravillas" y que me tuvo "pegado a la butaca" sin poder dejar de ver sus poderosas imágenes. Lástima que el tramo final sea demasiado previsible y haga decaer el resultado final. Aún así, pienso que este es un filme a tener muy en cuenta como una muy interesante ciencia ficción.
Además de su bien contada historia, Blomkamp demuestra tener un muy buen pulso narrativo y compone una puesta en escena muy visual con grandes planos, unos efectos especiales supeditados al ritmo del guión, una fotografía sucia y decadente, muy arenosa, que nos conduce, de forma inmediata, a cualquier "favela" sudamericana. Y este es otro de los alicientes de la narración. Los ricos hablan francés y los pobres español y claro, es mucho más fácil conseguir tratar el tema de la inmigración ilegal.
El capítulo actoral es también digno de mención, donde sobre todo hay que destacar a una brillante Jodie Foster, que borda su antipático papel de Secretaria de Defensa, un Matt Damon, que cumple solventemente su protagonista, el "malo" de Sharlto Copley que comienza como un perfecto villano psicópata, aunque en el tramo final se diluye como la historia y Diego Luna y Alice Braga que cumplen sin más. Una interesante banda sonora del desconocido, por lo menos para mi, Ryan Amon, que me recordó en algunos pasajes a la de "Oblivion" es el contrapunto perfecto.
Y es curioso el tema de la inmigración ilegal y el acceso a la sanidad pública, pues son dos temas que cada vez que se tratan se suelen llegar a lugares comunes y donde es muy poco probable llegar a un acuerdo, pues los sistemas públicos de salud exigen unos impuestos muy elevados y una carga excesiva al bolsillo del pobre ciudadano. Es evidente que a todos nos gustaría tener cubiertas las atenciones más primarias o cualquier tipo de operación, pero muchas veces no vemos lo que eso puede llegar a costar. He oido a amigos médicos y enfermeros como alguien puede llegar al turno de urgencias por una picadura de insecto, demostrando tener un umbral de dolor bajísimo y una pobre conciencia social, pero he observado como, cada vez más, se quieren las cosas ahora, de forma elitista y gratis. Y como diría el economista estadounidense Thomas Sowell -"La primera lección de la Economía es la Escasez: No hay suficiente de todo para satisfacer a todos. La primera lección de la Política es ignorar la primera lección de la Economía."-

No hay comentarios:

Publicar un comentario