martes, 19 de marzo de 2013



CONSIDERACIONES SOBRE "LOS AMANTES PASAJEROS"

Pedro Almodóvar me parece un buen director muy sobrevalorado. Me gustan algunas de sus películas como las estupendas comedias; "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" o "Mujeres al borde de un ataque de nervios" y ha sido consagrado en medio mundo por sus destacadas, en cuanto a público y crítica, "Todo sobre mi madre" o "Volver". Aún con bastante reticencia, suelo darle la oportunidad y voy a ver sus nuevas obras al cine, por lo que "Los amantes pasajeros" no ha sido ninguna excepción. Eso si, tengo que decir que la decepción ha sido mayúscula. Esta vuelta a los orígenes carece de todo sentido.
Cualquiera que sea seguidor de esta bitácora, habrá observado que no suelo ser demasiado radical ni furibundo en las críticas negativas. No me termina de convencer. Hacer una buena película es muy difícil... pero hacerla mala también. Conclusión: Hacer una película es muy difícil.
Almodóvar, creo, ha intentado seguir la estela de la provocación de sus primeros filmes tipo "Pepi, Lucy y Bom y otras chicas del montón", "Laberinto de pasiones" o "Entre tinieblas" y pienso que no ha observado que el mundo ha cambiado bastante desde el principio de los 80. Lo que era transgresor entonces como mostrar el "universo gay" o hablar ,sin tapujos, de genitales y defecaciones, por la situación de España entonces, hoy en el 2013 se antoja como infantil o, directamente, ridículo. Y es que este es el principal inconveniente de "Los amantes pasajeros". Es una comedia sin gracia, que en más de un momento me provocó vergüenza ajena, con unos diálogos que parecen escritos por un niño o un primer adolescente. Espero olvidar pronto el bochornoso numero musical a ritmo de "I´m so excited" o secuencias como la de la cópula general gracias a una enorme ingestión de mescalina.
Los personajes son planos, las situaciones no son creibles y todo el supuesto ingenio se basa en que los tres "azafatos" tengan mucha "pluma", todos sean homosexuales o bisexuales y se lo "monten" en cualquier lugar del avión. Por suerte, todo este cúmulo de obviedades se desarrolla en tan solo noventa minutos y a pesar de salir de la sala con un enorme enfado, se me pasó pronto.
Si tengo que destacar algo, entre tamaño escarmiento es el descubrimiento de Blanca Suárez, una de esas jóvenes actrices surgidas de las series de televisión y a la que confío le espere un excelente futuro profesional. Creo que es lo único que puedo salvar de este despropósito filmado. Si hasta mi admirado Alberto Iglesias compone uno de sus más flojos trabajos.
Antes hablaba de lo plano de los personajes, pero me quiero centrar en uno en concreto. Es el interpretado por José Luis Torrijo, un director corrupto de caja de ahorros, que huye a México, escapando de su más que probable arresto. Según he leído por ahí, Almodóvar intenta reflejar parte de la situación española en la actualidad. Pero es tan inocente y pueril, que me lleva a reafirmarme cuando digo que los "artistas" españoles deberían centrarse más en sus respectivos oficios que en ser analistas políticos o financieros, ya que en la mayoría de los casos sus impresiones son de similares al "común de los mortales", en buena parte de los casos, cuando no directamente demostrando su ignorancia supina de temas que piensan que tratan como "intelectuales", reflejando un semi analfabetismo que da tanta "vergüenza ajena" como este disparate fílmico titulado "Los amantes pasajeros". Pensándolo en frío. ¿A quien demonios le importa la opinión de Almodóvar sobre la gestión en las cajas de ahorros?, ¿qué sabe este señor sobre el tema?.

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