viernes, 29 de marzo de 2013



CONSIDERACIONES SOBRE LA "CIUDAD DE SANTO DOMINGO"

He visitado varias veces la capital de la República Dominicana y siempre he disfrutado bastante. Santo Domingo tiene un lugar en mi corazón y no solo por los múltiples atractivos que ofrece la ciudad, sino porque aquí se rodó una buena parte de mi primer largometraje documental; "Cuando la tormenta se va..." y todos los momentos vividos entre sus calles no los voy a olvidar nunca. Repito: Santo Domingo tiene un lugar en mi corazón.
Siempre que he acabado por aquí, nos hemos alojado en un apartamento en la zona colonial, muy cerca de la bulliciosa calle El Conde, una de las arterias comerciales más importantes del centro de Santo Domingo. Desde esta zona se puede ir rápidamente andando a todos los lugares turísticos del increíble centro de la ciudad. la catedral, el Alcázar de Colón, la plaza de la Independencia y la de España, con sus magistrales bares y colmados. No en vano, la zona Colonial es patrimonio universal de la UNESCO. ¡Una pasada!. Buenas anécdotas se han vivido entre sus estrechas calles y grandes plazas, pero quien quiera saberlas tendrá que preguntarme. ¡Faltaría más!
Pero a pesar, de lo magnífico que es el centro, del Mar Caribe, que baña la ciudad y donde se sitúa unos de los restaurantes más bonitos donde he comido nunca, como es el "Adrián Tropical", sentado encima del Caribe, degustando unos buenos camarones o pescados deliciosos y que merece otra entrada aparte. Hablando de restaurantes, también me encanta en la Zona Colonial, el mítico "Casa Luis", donde también he tenido grandes almuerzos y conversaciones fabulosas, que desembocaban en un lugar llamado "La Parada" en el Malecón o en cualquiera de los bares del centro, a ritmo de bachata y merengue.
Pero para llegar a mi lugar preferido, donde he dejado más amigos y buena parte de mis recuerdos más imperecederos, hay que tomar la autopista 27 de Febrero y antes de salir de la ciudad por la Autopista Duarte, entrar en los humildes barrios de La Altagracia de Herrera, El Café y la Mina.
Rodando entre sus callejuelas, entre sus gentes, he descubierto en mi interior sublimes instantes de lucidez, he conocido como hacer de la adversidad virtud, ya que lo que rodábamos eran edificios reformados tras la catástrofe del huracán Noel.  Marca bastante el hecho de ver como viven algunas personas, en una zona con una orografía imposible, hacinados en chozas de madera, sin agua y sin un mínimo urbanismo, asemejando bastante a una favela, que hasta te alegras, viendo como han mejorado de forma mínima, al sustituir su edificación de madera, por otra de bloques de cemento y tejado de zinc.
Pero lo mejor que he conocido por estos lares, se ha debido al rodaje. He conocido gente fantástica, con la que todavía tengo contacto y a la que estoy deseando volver a ver. Gente impresionante, que lucha por sacar a su barrio adelante y que entrega su vida por los demás. Gente mucho mejor que yo. Da la casualidad, que el sentimiento religioso anida en ellos y todo lo hacen en nombre de Dios. Yo, que aunque ateo, siempre he respetado el catolicismo y el cristianismo en general, me maravillo ese espíritu de abnegación y sacrificio, que supera con creces, a la gran mayoría de los "vocingleros" que habitamos en este extraño pais, llamado España, donde no solo se ha perdido el espíritu de sacrificio, sino el mínimo respeto a las ideas de los demás.
Ójala, pueda regresar en otro momento, al Centro Comunitario "El Café" y dar un abrazo a todos los que me han tratado tan bien, que han hecho sentirme como en casa, dar una vuelta en "motoconcho" por el barrio, el "Motoconcho" son ciclomotores que sirven como transporte de pasajeros, y tomarme una cerveza "Presidente" o "Bohemia" bien fría, mientras me como un arroz con guandules, un mofongo o un buen plato de bandera dominicana.

2 comentarios:

  1. Cuánto lamenté (y lamento) haberme perdido aquella experiencia. Jose, inauguro nuevo blog: a ver cuánto aguanto...

    http://arbalejo.wordpress.com/

    ResponderEliminar
  2. Leeré el blog y espero que aguantes mucho.

    ResponderEliminar