viernes, 28 de diciembre de 2012




CONSIDERACIONES SOBRE "EL CAVERNíCOLA"

La adaptación española del éxito estadounidense "Defendiendo al cavernícola" lleva cuatro años de éxito en Madrid y es probablemente el monólogo más célebre que haya llegado a España.
El secreto de su vigencia es la eterna lucha de sexos, pero, de forma muy curiosa, aquí los múltiples tópicos están tratados de forma muy sutil y divertida y así no es de extrañar que el teatro esté lleno de parejas riéndose por igual.

El monólogo data del año 1991 y lo escribió el cómico Rob Becker, convirtiéndose en todo un fenómeno, con numerosas representaciones, en numerosos paises, numerosos idiomas, numerosos públicos y numerosos premios.
En ésta realizada en España, todo se basa en la "gracia" del actor Nancho Novo y, cierto es, que entre ese sutil toque "macarra" y un matizado supuesto desdén, funciona de maravilla. El escenario es muy reducido con unos pocos objetos habituales de una casa (sillón, televisión y mesa) convertidos en piedra y un mural de roca pintado, simulando la prehistoria, con imágenes de un hombre y una mujer. Lo suficiente. Además hay que sumar el eficiente juego de luces que agiliza mucho la hora y cuarto de monólogo. Por lo que el resultado es muy ameno y divertido. La gente se ríe mucho y todos contentos. Pero me surgen algunas dudas.
Aquí están todos los tópicos sobre la guerra de sexos, tema, que por cierto, me importa bastante poco y creo tener superado hace años. Se narran exagerando las situaciones, en un alarde de guión magnífico, ya que no cae en el humor grueso, grosero y de mal gusto en el que es bastante sencillo terminar en España, e incluso la cuestión sexual es tratada de forma que nadie se siente ofendido. De hecho, me acerqué a ver la obra, acompañado por cuatro mujeres y no se creó ningún tipo de tensión por el argumento de la obra.
Cosa, que por otro lado, no suele ocurrir en la calle y así no es extraño que los más disparatados argumentos pueden brotar de los labios de hombres y mujeres, cuándo se tratan estos temas, confundiendo feminismo con realidad o igualdad con identicidad. Supongo, que el hecho de asistir a una representación de una comedia famosa, mitigue lo que se piensa y así durante poco más de una hora, sea considerado de buena educación reirse de los muchísimos tópicos, para no ser considerado un o una cavernícola y ser tachado de "carca", para volver a la radicalidad habitual, una vez finalizado el espectáculo.
Otro punto que funciona mantener los estereotipos es el formato; y es que la "comedia en vivo" o stand up comedy" es el tipo de humor que la gente bien educada considera de "inteligentes" y así presenciar una de estas obras se entiende que es actual y de persona formada. En EE.UU. llevan desde los 50 o 60 escribiendo monólogos de todo tipo y condición, pero el fenómeno es relativamente nuevo en España y así, a raiz de la serie "Seinfeld", llegaron Paramount Comedy o El Club de la Comedia y a partir de ahí su áuge en éste extraño pais y hay que saber elegir, los hay magníficos, como éste que comento, otros regulares y algunos pésimos, muy basados en lo burdo y lo zafio.
Propuesta divertida, que nos hará reir, pasar un buen rato y caso de ir con la pareja o amante, podrá guiñar el ojo, dar codazos o reirse de forma "desaforada" sin ser tachado de "anormal", será visto como síntoma de complicidad. Y eso está bien.

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